POR FAVOR NO DEJEN QUE LA DESTRUYAN!!!
Impedido pero si informado, gracias a correos de arquitectos, alumnos y vecinos amigos, estoy al tanto de la destrucción de la Capilla María Madre de la Paz de la urbanización Miranda, de la cual soy autor, pues la diseñé y supervisé su construcción, hasta el detalle del portón de madera maciza, bancos, vitrales y lámparas entre los años 92 y 94.
Recuerdo un elogio del Sr. Tito que hoy está en Francia, al decir que era muy fresca. En realidad fue pensada para el lugar y adaptada a la topografía. Se logró mucho con poco, sin talar ningún árbol del parque y gracias a los recursos del estado.
En 12 años se conservaba bastante, sólo algunos cambios en su policromía original alegre, acorde con la liturgia del blanco cal, verde y rojo. Supe por Laura su celosa conserje por años, lo del misterioso conato de incendio. Incluso fui con mi ingeniero Giuseppe Gianturco, evaluamos los daños y coincidimos con un vecino amigo que gracias a Dios y la Virgen eran de fácil restauración.
Hoy meses después han emprendido unos trabajos que llaman más la atención que el mismo incendio vandálico que dio pie a una destrucción, aún más bárbara del templo. El arquitecto Jacobo Koifmán, profesor y vecino defensor de la misma me escribe alarmado diciendo: POR FAVOR NO DEJEN QUE LA DESTRUYAN!!!!!
Arq. JOSE MIGUEL AVILÁN PALACIOS CAV 1740
EL UNIVERSAL 22 JULIO 2007
1992-1994
Capilla María Madre de la Paz La Miranda
Implantada dentro de
los claros de un parque arbolado, con follaje de bambúes que abren ventanas
hacia el cerro El Ávila, la iglesia se adapta descendiendo suavemente con el
terreno en dirección hacia el altar, como en la capilla de Ronchamp de Le
Corbusier, tomando su planta la forma orgánica pero racional, de los árboles
que la bordean. Esta capilla es un mosaico que sintetiza como ningún otro
ejemplo todo lo expresado en la introducción; síntesis entre la modernidad y la
tradición, de la poética corbusierana mediterránea y de los primeros templos
coloniales de la isla de Margarita en Venezuela. La estructura es de hormigón,
la cubierta de techo se dejó en concreto brutalista, los muros gruesos,
rústicamente encalados como en el mediterráneo, con vitrales vaciados en
concreto, pisos de terracota y cemento pulido, romanillas y tragaluces, creando
un ambiente interior fresco, con una luz mística de paz y alegría.
“La clave es la luz,
y la luz ilumina formas, y las formas tienen una potencia emotiva”. Le
Corbusier
Escritos
Sobre
José
Miguel Avilán Palacios
Formas
en continua simplificación
Dos experiencias son
determinantes en la obra de José Miguel Avilán Palacios, la Casa Estudio Villa
Adela de 1985 y su labor como arquitecto en la Unidad de Arquitectura del
Instituto Autónomo Biblioteca Nacional durante los años 1986 y 1997. Villa
Adela fue la casa laboratorio donde combina por primera vez diversos estilos
arquitectónicos modernos. Es de hacer notar que es allí donde inicia la
integración del arte a la arquitectura con el artista plástico Francisco
Carretero, mediante la incorporación del vitral, el cual seguirá utilizando en
otras casas y fundamentalmente en bibliotecas públicas y obras sacras. Así
mismo es en su casa estudio donde comienza a trabajar el jardín y a plasmar en
la realidad sus búsquedas previas del color y la luz que seguirá investigando
en su obra posterior. Por otra parte sus viajes
a la provincia venezolana, emprendidos durante su paso por la Biblioteca
Nacional, lo ponen en contacto directo con la arquitectura colonial cuyas
formas sencillas y materiales cálidos le aportan una lección que irá asimilando
progresivamente en sus trabajos venideros. Sus casas tienen externamente un
aire hermético y viven hacia el interior. Son como cajas de sorpresas, austeras
por fuera, multicolores por dentro. Siguiendo la evolución de sus casas
percibimos un continuo proceso de simplificación. Entre ellas destacan la Casa
Rouleau una de las más logradas gracias a la buena compenetración de los
propietarios con el arquitecto, cosa poco frecuente pero ideal para la
realización plena de la obra de arquitectura. En la Casa Albornoz, alcanza un
equilibrio entre el movimiento, ritmo y sencillez. Si bien sus casas igualan cuantitativamente
al resto de su obra, José Miguel tiene definitivamente vocación para las
construcciones destinadas al colectivo. Es en estas obras públicas, sean
culturales o sacras, donde se encuentra expresado con mayor alcance su estilo
arquitectónico. De sus edificios públicos se destaca la Biblioteca en El
Tocuyo, al cual el arquitecto le imprime el sabor colonial circundante para que
se integre a su entorno, y le agrega con sutileza un elemento de Le Corbusier
para el control de la luz tropical. Así logra un diálogo feliz entre el
presente y el pasado. La arquitectura sacra ocupa un sitial especial en la
trayectoria de Avilán Palacios.
Sobresalen la capilla María Madre de La Paz, concebida tres años después de su
retiro espiritual en un monasterio cisterciense en 1989, así como la Casa de
las Siervas del Ssmo. Sacramento de 1993.
La capilla respira interiormente una atmósfera de alegría gracias a su
juego de luces, su melodía de colores vivos, sus osados vitrales frontales y
sus atrevidas lámparas rojas; además, a pesar de sus modestas dimensiones
trasmite interiormente una sensación de elevación pues el ascenso del techo
está acentuado por el descenso del piso. En la casa de las Siervas logra
transformar una pequeña casa cerrada en un espacio para la el regocijo y la
espiritualidad, coronada por una terraza lúdica. La obra de José Miguel Avilán
Palacios está entonces encaminada hacia la búsqueda de lo esencial en la forma,
hacia la convivencia armoniosa entre el pasado y el presente, hacia el diálogo
entre la obra y el entorno y hacia la concepción de espacios propicios para el
íntimo vivir, para el deleite de leer y elevar con júbilo el espíritu.
Gerardo Yanowsky 1995
Licenciado en Artes
Búsqueda
y encuentro de lo esencial
La tarea del
arquitecto entendida como “Acto social por excelencia”(Villanueva), como vocación de servicio social, por
encima de ser considerada como actividad para el lucro, para dar rienda suelta
a egocentrismos o simple goce por las formas, está fielmente representada en la
obra llevada a cabo hasta el presente por José Miguel Avilán Palacios. Las
casas, edificios públicos e iglesias expuestos en este libro son el fruto de
una vocación muy clara y bien definida. Provienen de un largo trabajo de
reflexión, maduración de ideas, viajes, de investigación y lecturas, aunadas a
una actitud firme y austera ante su oficio y ante la vida; actitud esta que
pudiéramos llamar mística. Se ha empeñado José Miguel en buscar siempre lo
esencial, casi lo primitivo, desdeñando adornos, estridencias artísticas o
caprichos de la moda de turno, banalidades estas en las cuales solemos caer
muchos arquitectos. Su norte ha sido la búsqueda de la satisfacción de los
valores del hombre de siempre, tales como el sosiego espiritual, armonía,
serenidad y sencillez. Desde temprana edad ha estado viajando por el
Mediterráneo, toda el área del Caribe e interior de nuestro país y el
continente latinoamericano, así como paralelamente revisado abundante
bibliografía y estudio de la obra probada y reconocida de maestros, artistas y
arquitectos con los cuales se ha identificado, todo ello para irse formando,
con el paso del tiempo una filosofía definida y así conciliar en su
arquitectura a nuestro hombre caribeño con sus raíces, tradiciones y clima. La
vida no ha sido fácil, el camino ha estado plagado de renuncias e
incomprensiones, pero la búsqueda debe continuar porque gracias a Dios, José
Miguel sabe que la búsqueda está en el encuentro y ahora es cuando quedan caminos
por hacer.
Rodolfo Ibarra
Larralde 1995
Arquitecto
Veracidad
sustentable
En el alto vuelo de
la imaginación encontramos como los sueños que envuelven los proyectos, se
pueden palpar y plasmar en la realidad para que dejen en el tiempo su huella en
el camino, abriendo espacio a la verdad, la sencillez, las formas puras y la
paz interior. José Miguel Avilán Palacios hace un recorrido “De la Casa a la
Ciudad” para mostrarnos su obra, en casas, bibliotecas, iglesias y jardines,
donde nos obsequia con todo su rico bagaje de experiencias y vivencias creando
un mosaico de tendencias bien afinadas. Trabaja con formas serenas y puras para
entregarse al paisaje, sin romper con el lugar e intentando hacer ciudad. Huye
del bullicio para abrir espacios interiores, con sutil armonía atrae la luz
para envolverla en cálidos colores a través de vitrales y romanillas. Sin
ostentaciones utiliza materiales austeros y sinceros, hace posible materializar
sus proyectos atados a la veracidad
sustentable que impone el mundo de hoy.
Belinda Escalante
Lozada 1995
Arquitecta
Publicados en la 1ª
edición De la Casa a la Ciudad. Ed. Aviplan, Talleres Cultural, Caracas 1995.
JOSE
MIGUEL AVILAN PALACIOS
Nace en Caracas el 20 de Abril de
1954. Desde niño en Nueva York
experimenta el vivir en una gran ciudad. Estudia arquitectura y diseño
con los profesores Iliari de Eguiarte, Bernardo Suárez, Leandro De Quintana,
Herminio Pedregal,Ramón León, Henrique Hernández, Mario Breto, Mario Bemergui
,Jorge Zepesi y Domingo Álvarez entre otros profesores de la cátedra de
composición y diseño urbano del Taller Carlos Raúl Villanueva de la Facultad de
Arquitectura de la UCV.
En 1973 Viaja a Europa donde adquiere
una visión panorámica de la arquitectura y la ciudad. En Barcelona entra en
contacto con la arquitectura catalana y Gaudí.
En 1978 realiza como Tesis de Grado un
proyecto para la Escuela de Arte de la UCV, con su tutor Domingo Álvarez
arquitecto del Museo de los Niños. En 1980 conoce al maestro Aldo Rossi y
participa en la VII Bienal de Arquitectura, Museo de Bellas Artes. Viaja por el
mediterráneo y la península Ibérica. Trabaja con la arquitecta Matilde Almaral
entre 1979 a 1984 en el Dpto. de Proyectos Municipales de la ciudad de Caracas.
En Brasil conoce la arquitectura de los
maestros Oscar Niemeyer y Roberto Burle Marx. Proyecta la Casa Estudio Villa
Adela 1985, donde integra los vitrales con su maestro Francisco Carretero. Gana
por concurso en 1986 un cargo de Arquitecto
en la Biblioteca Nacional, donde
diseña Bibliotecas públicas para la provincia de Venezuela. Proyecta y
construye las bibliotecas El Tocuyo,
Oeste de Barquisimeto y Ciudad Bolívar entre otras. Como miembro de la
Fundación Museo de la Arquitectura participa y colabora en seminarios de
arquitectura internacional e iberoamericana. En 1987 conoce al maestro Álvaro
Siza y a Rogelio Salmona.
Proyecta la Casa Rouleau en Caracas
entre otra serie de casas. Entre los años 1989 y 2006 viaja a la Argentina,
Uruguay, Brasil, Puerto Rico, La Habana y México. Es aceptado a los Cursos de
Doctorado de la Cátedra Gaudí en
Barcelona, España, dedicándose al diseño de Jardinerías y Paisajes. Publica “De
la Casa a la Ciudad”donde registra sus proyectos y obras. Diseña y Construye la
Iglesia de la Urb. Miranda con vitrales integrados a la arquitectura y el
paisaje así como los jardines de los Laboratorios Ponce & Benzo del Arq.
Galia. Gana el Concurso para el
Ambulatorio HCV donado por la Embajada de España 2006. Actualmente desarrolla conjuntamente con su
socio el Arq. Luis Ibarra Larralde un proyecto para un parque acuático en el
Estado Zulia. Paralelamente colabora para la Fundación Juan José Aguerrevere en
la revista del Colegio de Ingenieros con artículos sobre Arquitectura Moderna
Venezolana así mismo imparte cátedra de su experiencia crítica de la
arquitectura en la Escuela de
Arquitectura de la Universidad Santa María. Es aceptado para colaborar en la
maestría de Diseño Arquitectónico “El Proyecto: aproximaciones a la arquitectura
desde el medio ambiente histórico y social” 2007/2008 en la universidad
politécnica de cataluña, Barcelona, conjuntamente con Josep Muntañola, Carlos
Ferrater, Rogelio Salmona, Alvaro Siza, Steven Holl, Oscar Tusquets, entre
otros para el desarrollo de proyectos globales.
ANEXO DOCUMENTOS
ANEXO DOCUMENTOS
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